El virus que enfermó el turismo mundial

En este momento estamos a poco de tener cinco meses en cuarentena, y nuestro México no parece dar tregua en cuanto a las cifras de contagios y decesos.

Para los trabajadores en el sector turístico la pandemia provocada por el virus Covid-19 nos sacudió casi tanto como un temblor.

Acostumbrados a viajar tan seguido, a ver paisajes, conocer decenas de personas, tener una activa vida física entre caminatas y des-mañanadas, ahora los viajeros estamos a la espera de un semáforo verde que nos permita salir desenfrenados a reconquistar el camino.

No sabíamos lo vital que era algo tan sencillo como poner un pie fuera de nuestra casa, abrir las puertas y ventanas, salir a comprar o a ver a los amigos siempre que se nos pegara la gana.

Con la última pandemia de la historia de la humanidad se han ido muchos propósitos de año, algunos desistieron de la dieta, otros de las metas profesionales, se siente el desánimo general a través de las redes sociales y medios de comunicación.

Por ahora lo más sensato es guardarse en casa, planificar mejor los viajes y metas, hacer las cientos de cosas que habíamos pospuesto por falta de tiempo.

Leer un libro, ver esa serie que habíamos prometido a un amigo que veríamos, hacer ejercicio en casa, actualizarnos en películas o documentales.

Otro propuesta es la de pasar mayor tiempo en familia, esto puede llegar a ser cansado, no obstante, en mi caso los juegos de mesa nos brindaron una brecha de posibilidades que no habíamos experimentado antes. Eso sí, cuidado con el mal perdedor ya que puede hacer de una tarde entretenida una verdadera contienda.

Foto: Freepik

Una opción muy recomendable es hacer un curso, en el futuro servirá y es tiempo brillantemente empleado.

En ocasiones, no tan acostumbrada a las medidas de limpieza llego a ignorar a las personas que andan en cubre bocas con el exagerado calor del puerto sofocándoles aún más. A las medidas en los establecimientos, a la distancia que toman los transeúntes al caminar por la banqueta.

Es lo mejor y hay que acostumbrarse , coexistir en paz, aunque seamos del grupo de los relajados o del grupo de los que abrazan las recomendaciones oficiales.

Llegamos a un punto en el que tuvimos que limpiar inclusive las cosas que justo habíamos ido a comprar. Qué locura.

Rogamos a Dios que esto pase pronto y continuar con las rutinas, después de haber aprendido lo que hayas tenido que aprender derivado de esta pandemia.

Hemos estado deseando volver a las calles, y no solo de manera monótona como los trayectos que nos vemos obligados a transitar hacia el trabajo, tan invariables. Sino de manera libre, yendo a donde se nos pegara la gana sin temor ni etiqueta, pensando a medio camino que olvidaste el cubre bocas.

Mientras los amantes de los viajes estamos impacientes por regresar a la vida trotante deseamos que todos los que amamos estén bien, al igual que nuestros clientes y amigos.

Ya que de esto se trata, de ver por el prójimo, sin importar lo bien que esté uno, no sabemos si podemos hacerle daño involuntariamente al que tenemos al lado.

Esperemos que esto no prolongue más nuestro cautiverio, desde casa les mandamos un abrazo.