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Por: Diana Rojas

Así como el creador formó a Adán del polvo, los artesanos son creadores también de figuras y vasijas que empiezan desde la arcilla elemental.

A las orillas del parque de Naolinco, ambientado por el ruido de los motores y el sonar de las campanas de la iglesia se encuentran unas tiendas improvisadas que sobre unas mesas repletas de figurillas pone al alcance del visitante una tradición centenaria.

La artesanía de barro de San Miguel o de barro blanco hecho a mano es una tradición que existe hasta el día de hoy en tierras veracruzanas.

Se sabe que la alfarería es una de las técnicas más antiguas desarrolladas por el hombre, y hasta el día de hoy sigue siendo parte fundamental, al menos para los habitantes de San Miguel de Aguasuelos, poblado ubicado a unos seis kilómetros de Naolinco.

María del Socorro, es una artesana originaria de San Miguel de Aguasuelos y se dedica a la fabricación de figuras de barro blanco y junto con otras compañeras ofrece sus creaciones en el centro de Naolinco.

Los sábados y domingos los artesanos se mueven a Naolinco donde las ventas tienen mayor alcance, aunque también se dirigen a otros lugares del estado como Xalapa o Veracruz, incluso otros estados de la república donde se les invita a mostrar sus productos.

María del Socorro comenta que San Miguel de Aguasuelos tiene cuatrocientos años de que existe como poblado, fue en 1688 que el virrey de España otorgó su fundación, sin embargo, permaneció sujeto a Acatlán para evitar la despoblación del mismo.

Las formas y acabados de las figuras varían tanto como la imaginación que las mujeres artesanas de San Miguel emplean en ellas.

En cualquier puesto se puede encontrar de todo, desde pequeñas iglesias, casas, reproducciones de animales y otros objetos como tinajas, cajas, alcancías, campanitas y más.

En épocas navideñas los artesanos del pueblo preparan todo tipo de figuras para los nacimientos: animales, pastores, los tres reyes magos, la sagrada familia, todos son realizados con esmero y dedicación.

El tiempo estimado para moldear una de las piezas más pequeñas es de cinco a diez minutos y las grandes de uno a dos días, informó María del Socorro.

El procedimiento que lleva la fabricación de una pieza en la cuestión del secado, además que tienen que alisarla y tornearla para tenerla bien hecha es de ocho días, eso desde que se hace hasta hornearla.

En la familia de María del Socorro son ya varias generaciones de artesanos del barro blanco, desde que su bisabuelo inició hasta el día de hoy que ella participa incluso en competencias y se desenvuelve mejor en entrevistas puesto que seguido representa a los comerciantes de barro frente a los curiosos que gustan de hacer preguntas sobre el tema.

“Anteriormente nuestros bisabuelos solamente hacían lo que eran las tinajas, floreros, cascollos, puras cosas que eran utilitarias para poder almacenar ya fuese comida o agua. Porque anteriormente la transportaban en ellos y la comida no se enfriaba, ni el agua no perdía el frío.  Ahora lo que hacemos son piezas decorativas, para recuerdos, antes solo era para almacenar cosas,” recuerda María del Socorro.

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María del Socorro reporta que desde que empezó la pandemia se han bajado las ventas. A pesar de que poco a poco empieza a reactivarse se sigue resintiendo por otros factores, tal es la remodelación del centro de Naolinco, lo cual evita que los visitantes se estacionen en las zonas donde los artesanos se ubican.

“Como de veinte días para acá bajó otra vez la venta, imagínate los que venimos para acá a vender somos como diecisiete”, comentó.

El precio de una pieza pequeña es de cinco pesos, las más grandes pueden valer quinientos pesos, como algunas de las que muestran con orgullo, mientras que las piezas que son para concursos superan los mil pesos.

“En promedio la venta en un día normal alcanza los trescientos pesos, cuando está baja como ahora en ciento diez, cuando si está bien puede ser hasta de ochocientos pesos” detalló María del Socorro.

Naolinco, un pueblo no mágico entre las nubes

En la Ciudad de México se lleva a cabo el certamen “El gran premio”, en Tlaquepaque el Concurso Nacional de la Cerámica, evento a nivel nacional. Cada año se hace en junio y participan artesanos de toda la república, aunque el año pasado por efectos de la pandemia se tuvo que suspender.

Facebook Artesanias San Miguel Aguasuelos.

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